Otro clásico de los hogares españoles, y de todo el mundo, sin duda alguna. Qué cocina española clásica no ha contado entre sus utensilios cotidianos los famosos morteros o almireces para moler los alimentos y machacarlos, especialmente granos y especias.
Dentro de estos utensilios, podemos encontrar dos tipologías; por un lado el mortero, de mayor tamaño y fabricado en piedra o cerámica o madera, y que estaban compuestos de dos partes diferentes; por un lado el "mortero" en sí mismo (el recipiente o vaso usado para contener la molienda y realizar la acción en sí misma) y por otro lado el lllamado "mano", utilizado para moler y aplastar el ingrediente.
Tendríamos por otro lado el llamado "almirez", generalmente de menor tamaño y metálico, generalmente con diferentes imágenes labradas en el cuenco metálico exterior del almirez para decorar, y mucho más resistentes y manejables que los anteriores.
Ambos tipos han sido utilizado prácticamente desde los orígenes de la humanidad, y ya se utilizaban artilugios para moler en las antiguas Mesopotamia o Egipto, siendo representado en obras de artes de pintores de todas las épocas como el español Velázquez. Variantes de nombres con los que se han conocido los morteros o almireces han sido dornillo, metate o molcajete.
Zona de la provincia de Jaén. Inicios del siglo XX.
No hay comentarios:
Publicar un comentario